Sebastián se acerca aún más. Le quita un mechón de pelo de la cara, le seca las lágrimas con el dorso de la mano. La mira a los ojos. Le sonríe tiernamente, tristemente. Ya no tiene más palabras, él. Y ella tampoco.
Se besan. Y es un beso largo, apasionado, interminable. Porque no están seguros, no saben. Es su primer beso, pero tal vez también el último.
-....Fiesta....-
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